Objetivos de desarrollo sostenible, ¿les ha llegado la hora realmente?

Foto: Asamblea General UN Photo/ Manuel Elias

En septiembre fue la cumbre mundial sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De seguro todos sabemos lo que son, pero lo que no es tan seguro es que se vayan a cumplir. 

De hecho, en la apertura de la cumbre las palabras de Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, estuvieron enfocadas en resaltar la urgencia de avanzar en medidas concretas para cumplir con los objetivos, considerando que de las 169 metas que consideran los 17 ODS, “solo 15% están en camino, mientras que muchos van en reversa”

“Ha llegado la hora”, dijo Guterres. Pero… ¿el mensaje llega realmente? ¿Los países están tomando los objetivos como propios y están haciendo todos los esfuerzos para cumplirlos? 

Vamos por parte. Primero, un breve contexto. Los 17 ODS se definieron el 2015 y son un “llamado universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo”. Las metas son parte de la Agenda 2030, pero su avance no va ni tan rápido ni a la escala necesaria.

Es por esto que Naciones Unidas pide acción en distintos niveles:

  • Acción a nivel mundial para garantizar un mayor liderazgo, más recursos y soluciones más inteligentes con respecto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible; 

  • Acción a nivel local que incluya las transiciones necesarias en las políticas, los presupuestos, las instituciones y los marcos reguladores de los gobiernos, las ciudades y las autoridades locales; 

  • Acción por parte de las personas, incluidos la juventud, la sociedad civil, los medios de comunicación, el sector privado, los sindicatos, los círculos académicos y otras partes interesadas, para generar un movimiento imparable que impulse las transformaciones necesarias.

El punto relevante es que para cumplir los ODS no se requiere solo buena voluntad, sino que también inversión ($$$), se calculan unos 500.000 millones de dólares anuales, y ahí se abre todo un debate (que no profundizaré aquí), respecto a quién(es) y cómo se financia el desarrollo sostenible a nivel global. 

De hecho, durante la cumbre los líderes mundiales firmaron una declaración política donde se reconoce que es fundamental aumentar las inversiones para lograr los objetivos. (Para el que le interese, algo sobre este tema se lee en esta nota de América Economía).

¿Y cómo andamos por casa?

De acuerdo a información de Naciones Unidas Chile, no estamos tan mal. 

¿Es suficiente?

Hasta ahora no lo es. Y el desafío es tomárselo en serio. Tomarse en serio los llamados de Naciones Unidas, y alinear los objetivos organizacionales (y también los personales, por qué no), con los objetivos globales. 

Los que estamos en la vereda de la sostenibilidad lo tenemos claro, porque sabemos que es la única vereda posible, pero también sabemos que para muchos aún es difícil asumir compromisos en esta materia, especialmente cuando los incentivos no están alineados. 

Las necesidades son muchas y hay que priorizar. Y desarrollar una estrategia de sostenibilidad para la empresa, ayuda a esa priorización. El camino de la sostenibilidad nos invita a múltiples iniciativas positivas, pero como los recursos son limitados (económicos y temporales), nos ayuda también a disponibilizar adecuadamente esos recursos. 

Los ODS son también una guía práctica de cómo avanzar hacia una gestión de los distintos temas relacionados a la sostenibilidad, y ayuda a ver que no es algo inalcanzable o sólo para aquellas empresas que cuenten con grandes presupuestos. 

Los invito a priorizar para que tengamos un futuro.

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